Una técnica ancestral


Pocas cosas son más placenteras que un buen masaje en los pies. No hace falta haber pasado por un consultorio de reflexología para constatar la influencia benéfica y relajante de sentir el contacto de las manos acariciando nuestros fatigados talones, dedos y las plantas sobre las cuales, la mayor parte del día, apoyamos el peso de nuestra existencia (en el más amplio sentido del término).

Para la reflexología, práctica milenaria conocida por diversas culturas del mundo, esto no es casual sino, por el contrario, la comprobación de que en nuestros pies se "reflejan", a través de conexiones nerviosas y energéticas, todos los órganos de nuestro cuerpo. A través de los masajes, movimientos y presión aplicada sobre cada zona de la planta o el dorso de los pies, la reflexología busca recuperar la homeostasis (la capacidad del organismo para regular su propio equilibrio), favoreciendo la circulación sanguínea y desbloqueando energía estancada. Vale aclarar que esta técnica puede aplicarse a las manos y al rostro, ya que también allí se encuentran zonas reflejas se esconden nuestras emociones.

Se estima que el origen de la reflexología data de hace al menos cinco mil años, cuando ya en Oriente la medicina tradicional china e hindú la utilizaban como un método de cura para diversos trastornos y malestares, entendiendo que cuerpo y alma son una unidad indivisible. Pero también en Egipto se han encontrado evidencias de su aplicación, y en la Europa renacentista aparecieron algunos libros que la describen. Los mayas y los incas tampoco fueron ajenos a esta práctica. Se supone que estos indígenas podrían haber transferido el saber sobre la reflexología a los de América del Norte, que siguen utilizando esta técnica en la actualidad (especialmente los cherokees de Carolina del Norte). Esta tribu considera el masaje en los pies como un arte sagrado, porque estas extremidades simbolizan la unión del ser humano con los espíritus y el universo

En cuanto a la reflexología moderna, su precursor fue el norteamericano William Fitzgerald, un otorrinolaringólogo que a principios del siglo XX desarrolló la teoría de las Terapias Zonales basándose en la descripción de los meridianos (canales de energía que atraviesan nuestro cuerpo de la cabeza a los pies) de la medicina china. A través de uno de sus seguidores, Joe S. Riley, este nuevo conocimiento llegó hasta la fisioterapeuta Eunice Ingham, quien finalmente aplicó el hallazgo a un tratamiento concreto y realizó el primer mapa de las áreas reflejas de pies y manos, que es el que se utiliza hasta el día de hoy.

La reflexología ha demostrado ser un excelente complemento para  aliviar el estrés, activar la circulación sanguínea y energética,  aflojar contracturas. También mejora la calidad del sueño y favorece mecanismos de depuración y eliminación de toxinas. Asimismo, activa el sistema inmune. Como si fuera poco, más allá de estas múltiples ventajas, la reflexología mostró buenos resultados en enfermedades como alergias de la piel, artritis, bruxismo, dolores de cabeza, dolores articulares y cálculos renales.  ¿Te lo vas a perder?




fuente:http://www.revistasusana.com/
                 http://www.ehunate.com/


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